EN NUESTRO PRIMER ENCUENTRO CON LA BELLEZA, LA VEMOS EN SUS ABIGARRADOS OROPELES, QUE NOS IMPRESIONAN POR SUS COLORES LLAMATIVOS, SUS ADORNOS E INCLUSO DEFORMIDADES.
PERO CUANDO APRENDEMOS A CONOCERLA MEJOR, LAS DISONANCIAS APARENTES SE NOS REVELAN COMO MODULACIONES RÍTMICAS.
AL PRINCIPIO, SEPARAMOS LA BELLEZA DE LO QUE LA RODEA, LA SEPARAMOS DE LO DEMÁS, PERO AL FIN COMPRENDEMOS SU ARMONÍA CON EL CONJUNTO.
Rabindranath Tagore