LA CULPA LA TIENE EL GATO
¡Ay!, ¡ya está!
por fin se aclaró el entuerto
motivo del desconcierto
que vivimos en mi hogar
Mi gata desazonada
inquieta, desesperada
a todos hizo pensar
que algún mal la poseía
¡Cuanta desgracia la mía!
que ya hablé con el doctor
quería que la auscultara
temiendo que algún dolor
fueran la causa probable
de tan grande desazón
Mientras tanto cada tarde
a eso de ponerse el sol
abría la puerta de casa
y así ella retozara
por la plaza en compañía
de los gatos que podían
sofocar tanto dolor.
¡Y no! Porque al regresar
iba directa a beber
el agua que en la pocilla
creía calmarle la sed
¡Que no!, ¡que no…!
Que la gata está bien sana
pero se muere de gana
porque el gato del vecino
no tiene lo necesario,
para saciar su libido
SENDA© derechos de autor
Abril/2011