CANTO A MI OFICIO
No me quedan palabras,
mi voz se volvió ronca
tras haberle visto el rictus a la máscara
Roca que le pesa al fardo humano
mullendo la excusa…
La fibra, la carne…ya no es pena de nadie
-minuta en la fábula del mundo-
y caen, caen las astillas cuando el golpe
sin escrúpulos martillea las sienes,
anticipo de un mañana…
en el que las barbas del musgo
cubrirán las montañas
¡para ya no ver nada!
Y la luna de siempre- tantas veces brava-
Será manso ocaso… con la cruz a su espalda
©Carmen ShezCintas
Barcelona,1/10/2014
http://www.carmensanchezcintas.com/
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