HABLAN LOS AÑOS
Tus labios responden a la dulzura de mis párpados
Tus palabras suben hasta las cánulas de mis oídos
Todo olor tuyo permanece obstinado dentro de mí
¡Entraste suavemente en mi vida!
Los signos fueron ¡fuertes! que no borran los días,
ni los vientos
Fuera de ti, solo quedan los desvanes de la infancia
Hoy ,mi idolatría refleja serenidad con la clara mirada
de aquel que posee un diamante ¡Sí! Te siento,
no estoy sola. Edito, reedito el libro de la vida
¡la nuestra!
y la luz de mis manos, al tenerlo, declina mi cabeza
para que lata el
corazón hasta la estrella más lejana
mientras pasan, respiran, se repliegan las noches,
los días, las semanas…
La música que suena me recuerda
la canción que esconde letras diminuto encaje
tejido con los años sin
conocer usuras.
© SENDA
FEBRERO/2014